X

 

pobieranie; pdf; ebook; download; do ÂściÂągnięcia
 
Cytat
Felicitas multos habet amicos - szczęście ma wielu przyjaciół.
Indeks Eddings_Dav D20021169 arteuza
 
  Witamy


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

otros quiero ser depositario en favor de vuestro hu�sped griego, hasta
que �l, informado, quiera recobrarlos. A vos os mando que dentro del
t�rmino fijo de tres d�as salg�is con vuestra comitiva de mis dominios,
poniendo mar en medio, so pena en otro caso do ser tratado como ene-
migo.�
CXVI. As� me refer�an los sacerdotes la llegada de Helena a la
corte de Proteo, de la cual no pienso que dejase de tener noticia el poeta
Homero; pero como la verdad de esta narración no sea tan apta y gran-
diosa para la belleza y majestad de su epopeya como la f�bula de que
se sirvió, omitióla a mi entender con tal motivo, content�ndose con
manifestar que bien conocida la ten�a, como no cabe en ello la menor
63
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
www.elaleph.com
Los nueve libros de la historia donde los libros son gratis
duda. El poeta presenta en la Il�ada88 a Alejandro, perdido el rumbo,
llevando de un pa�s a otro su Helena, y aportando despu�s de varios
rodeos a Sidon, ciudad de Fenicia, lo que no contradijo en ninguno de
sustos. De lo dicho hace mención Homero en la Arist�a de Diomedes
con los siguientes versos: -�Hab�a all� mantos bordados, dignos de
maravilla, obra mujeril de sidonia mano, los que con su noble Helena
trajo de Sidon por el ancho ponto P�ris el de rostro divino.� Y de esto
mismo con otros versos habla Homero en la Odisea: -�Tales, tan �tiles
y tan salubres medicinas poseyó la hija de J�piter, las que le fueron
dadas por la reina egipcia Potidamna, esposa de Ton, de all� donde el
suelo feraz las brota en gran copia: al beberlas, unas dan la salud, y
otras la muerte.� Hablando con Tel�maco, Menelao profiere asimismo,
estos versos: -�All� en Egipto, con ansia grande de mi vuelta, me dete-
n�an Dios y mi mezquina Hecatombe.� En estos pasajes Homero da
muy bien a entender que sab�a las navegaciones de Alejandro y su
arribo al Egipto, con el cual confina la Siria, pa�s de los Fenicios, a
quienes pertenece la ciudad de Sidon.
CXVII. La respectiva situación de estos pa�ses, no menos que los
versos citados, declaran y evidencian m�s y m�s que no son de Homero
los versos ciprios, si no de otro poeta ignorado, pues en ellos se hace
llegar a Alejandro con su Helena desde Esparta a Ilion en una navega-
ción de tres d�as �nicamente, viento en popa y por un mar de leche,
cuando Homero nos dice en su Il�ada que su ruta fue muy larga y con-
trastada.
CXVIII. Pero dejemos cantar a Homero, y mentir a los versos ci-
prios; que no es poeta quien no sabe fingir. Preguntados por m� los
sacerdotes sobre si era f�bula lo que cuentan los Griegos de la guerra
de Troya, me contestaron con la siguiente narración, que dec�an haber
salido de boca del mismo Menelao, de quien se tomaron en el pa�s
88
Il�ada, lib. VII, v. 289. Las palabras que siguen en la Arist�a de Diom�des no
son quiz� del autor, pues los versos citados no se hallan en este pasaje, que es
el libro V de la Il�ada, y la división de este poema en t�tulos parece posterior a
Herodoto. En cuanto a las dos citas de la Odisea, pertenecen al lib. IV, la pri-
mera v. 228 la segunda v. 352.
64
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
www.elaleph.com
Herodoto de Halicarnaso donde los libros son gratis
noticias del suceso: Despu�s del rapto de Helena, una armada griega
poderosa hab�a pasado a la Teucrida para auxiliar a Menelao y hacer
valer sus pretensiones. Los Griegos, saltando en tierra y atrincherados
en sus reales, ante todo enviaron a Ilion sus embajadores en compa��a
del mismo Melenao, quienes, introducidos dentro de la plaza, pidieron
se les restituyera Helena y los tesoros que en su rapto les hab�a hurtado
Alejandro, y que se les diera al mismo tiempo cabal satisfacción de la
injuria por �l cometida; pero los Troyanos, entonces y despu�s, siempre
que fueron requeridos, de palabra y con juramentos respond�an que no
ten�an en su ciudad a Helena, ni en su poder los tesoros mencionados;
que aquella y �stos se hallaban detenidos en Egipto89, y que no parec�a
justo ni razonable salir responsables y garantes de las prendas que el
rey egipcio ten�a interceptadas. Los Griegos, tomando la respuesta por
un nuevo enga�o con que se les quer�a insultar, no levantaron el sitio
puesto a la ciudad hasta tomarla a viva fuerza; mas despu�s de tomada
la plaza, no pareciendo Helena, y oyendo siempre la misma relación de
los Troyanos, se convencieron al cabo de lo que dec�an y de la verdad
del suceso, y enviaron a Menelao para que se presentase a Proteo.
CXIX. Llega Menelao al Egipto, sube r�o arriba hasta Memfis, y
hace una sincera narración de todo lo sucedido. Proteo no solo lo hos-
peda en casa y regala magn�ficamente, sino que le restituye su Helena
sin desdoro en su honor, y sus tesoros sin p�rdida ni menoscabo. Mas a
pesar de tantas honras y favores como all� recibió Menelao, no dejó de
ser ingrato y aun malvado con los Egipcios, pues no pudiendo salir del
puerto, como deseaba, por serle contrario los vientos, y viendo que
duraba mucho la tempestad, se valió para aplacarla de un modo cruel y
abominable, que fue tomar dos ni�os hijos de unos naturales del Egip-
89
La autoridad de Eur�pides, que en su Helena y en su Electra expresamente
afirma que no fue a Troya la esposa de Men�alo, sino que se detuvo en Egipto,
y las razones de verosimilitud que a�ade luego Herodoto, hacen probable la
narración de los sacerdotes Egipcios, caso de que sea verdadera a historia de
Helena y del sitio de Troya, la cual no fuera extra�o que, a imitación del sofista
Dion Crisóstomo, alguien negase en este siglo de novedad, as� como se niega
ya por alguno la existencia de Homero, cantor de aquellos hechos.
65
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
www.elaleph.com
Los nueve libros de la historia donde los libros son gratis
to, partirlos en trozos y sacrificarlos a los vientos90. Sabido el imp�o
sacrificio y la inhumanidad de Menelao, huyó �ste con sus naves hacia
Libia, abominado y perseguido por los Egipcios. Qu� rumbo desde all�
siguiese, no pudieron dec�rmelo; pero a�ad�an que lo referido, parte lo
sab�an de o�das, parte lo vieron por sus ojos, y que de todo pod�an ser
fieles testigos; y he aqu� lo que en suma me refirieron los sacerdotes
egipcios.
CXX. A la verdad, por lo que respecta a Helena, doy entero cr�dito
a su narración, tanto m�s, cuanto creo que si a la sazón se hubiera ha-
llado en Troya, fuera restituida a los Griegos, aun a pesar de Alejandro,
pues ni Pr�amo hubiera sido tan necio, ni sus hijos y dem�s deudos tan
insensatos, que sólo porque aqu�l gozara de su Helena pusiesen a ries-
go de balde sus vidas y las de sus hijos, y la salud y existencia del Es-
tado. Pero concedamos que al principio de la contienda tomaran el
partido de no restituirla; no dudo que al ver caer tanto Troyano comba-
tiendo con los Griegos; al ver Pr�amo muertos en las refriegas no uno u
otro, sino los m�s de sus hijos, pues morir los ve�a si se ha de dar cr�-
dito a los poetas, a vista de tales destrozos y tama�as p�rdidas como les
iban sucediendo, no dudo, repito, aun cuando el mismo Pr�amo fuera el
amante de Helena, que a trueque de librarse de tantos desastres como
entonces le oprim�an, la volviera por fin enhoramala a los Aqueos. Ni
se diga que los negocios p�blicos depend�an del capricho de un pr�nci-
pe enamorado, por tocar a Alejandro la corona en la vejez de Pr�amo;
pues no es as�: el grande H�ctor, primog�nito del Rey, y h�roe de otras
prendas y valor que Alejandro, era el pr�ncipe heredero del cetro, y no
parece y veros�mil que permitiera impunemente a su hermano menor
una resistencia y obstinación tan inicua y perniciosa, y m�s tocando
con las manos las calamidades que de ellas resultaban contra s� mismo
y contra el resto de los Troyanos. As� que, no teniendo �stos a Helena,
mal pod�an restituirla, y aunque dec�an la verdad, no les daban cr�dito
90
En tiempo de Menelao, los sacrificios de las v�ctimas humanas usados aun [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • natalcia94.xlx.pl
  • comp
    IndeksColin Evans Great Feuds in History, Ten of the Liveliest Disputes Ever (2001)1.Dzieje ĹťydĂłw w Polsce Obszerne opracowanie historyczneJournal of Medieval History. Vol. XXV. Is. 2Historia Rosji skrypt (1)The Balkans A History Ofhistoria wszystkoAnderson, Poul Los Corredores del TiempoLeiber, Fritz Los Cerebros PlateadosRoszel Renee Adwokat i miśÂ‚ośÂ›ć‡Leigh Ellwood Taste This (Samhain) (pdf)
  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • own-team.pev.pl
  • Cytat

    Długi język ma krótkie nogi. Krzysztof Mętrak
    Historia kroczy dziwnymi grogami. Grecy uczyli się od Trojan, uciekinierzy z Troi założyli Rzym, a Rzymianie podbili Grecję, po to jednak, by przejąć jej kulturę. Erik Durschmied
    A cruce salus - z krzyża (pochodzi) zbawienie.
    A ten zwycięzcą, kto drugim da / Najwięcej światła od siebie! Adam Asnyk, Dzisiejszym idealistom
    Ja błędy popełniam nieustannie, ale uważam, że to jest nieuniknione i nie ma co się wobec tego napinać i kontrolować, bo przestanę być normalnym człowiekiem i ze spontanicznej osoby zmienię się w poprawną nauczycielkę. Jeżeli mam uczyć dalej, to pod warunkiem, że będę sobą, ze swoimi wszystkimi głupotami i mądrościami, wadami i zaletami. s. 87 Zofia Kucówna - Zdarzenia potoczne

    Valid HTML 4.01 Transitional

    Free website template provided by freeweblooks.com

    Drogi użytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.