[ Pobierz całość w formacie PDF ]
intenté una vez, Jesusa me dijo que parecía una alpaca esquilada por un niño de cinco años. Fruncí el ceño. ¿Una alpaca? Un animal de las montañas. Lo criamos por su lana..., para hacernos ropa. Oh sonreí . Creo que tu barba te crecerá de un modo más igualado cuando haya acabado contigo. ¿Crees que alguna vez harás eso? preguntó . Acabar con nosotros, me refiero... Los tentáculos libres de mi cabeza y cuerpo se apretaron contra mi piel con placentera tensión sexual. No le dije con voz suave . No lo creo. También a él tenía que explicárselo todo. Jesusa, él y yo descansamos durante todo aquel día, luego nos acostamos juntos para compartir la noche. A la mañana siguiente empezamos una caminata de varios días..., de regreso al campamento de mi familia. No teníamos ninguna prisa. Les enseñé a encontrar y usar sin peligro la comida silvestre que había en el bosque. Ellos hablaban de su gente y se preocupaban por ella. Jesusa comentaba con auténtico horror el despedazamiento del planeta, pero Tomás parecía menos preocupado. A mí eso no me suena a real dijo, simplemente . Sucederá mucho después de que yo haya muerto. Y, si nos estás diciendo la verdad, Khodahs, no hay nada que nosotros podamos hacer para evitarlo... ¿Os quedaréis conmigo? pregunté. Miró a Jesusa, y ésta miró a la lejanía. Si os quedáis conmigo, es seguro que viviréis hasta después del momento de la separación. Me miró con el ceño fruncido, pensando. Ambos tenían sus períodos en que se quedaban silenciosos, pensativos. Viajamos río abajo, caminando y descansando y disfrutando unos de otros, durante siete días. Siete buenos días. Los tumores de Tomás desaparecieron, y la visión volvió a su ojo. Mejoró su sentido del oído. Se miró a sí mismo en el agua de un pequeño estanque y comentó: No sé cómo voy a acostumbrarme a ser tan guapo. Jesusa le tiró un puñado de barro. En la mañana de nuestro octavo día juntos, estaba más cansado de lo que debiera. No comprendía el motivo hasta que descubrí que la piel de debajo de los sobacos me picaba más de lo habitual y que se había hinchado un poco. Sólo un poquito. Estaba iniciando mi segunda metamorfosis. Pronto, en medio de la floresta, lejos incluso de nuestra casa temporal, caería en un sueño tan profundo que Tomás y Jesusa no serían capaces de despertarme. 9 ¿Os quedaréis conmigo? les pregunté a Tomás y Jesusa mientras comíamos aquella mañana. No les había hecho esa pregunta a ninguno de los dos desde que habíamos iniciado el viaje. Cada noche había dormido envuelto por sus cuerpos, y quizás eso había ayudado a traer mi cambio. Los ooloi oankali acostumbraban a sufrir su transformación definitiva cuando habían hallado cónyuges. Éstos les daban la seguridad necesaria para el cambio. Los cónyuges cuidarían de ellos cuando estuviesen inermes, y los estarían aguardando cuando se despertasen. Ahora, mirando a Tomás y Jesusa, me sentí temeroso, desesperado. No tenían ni idea de lo mucho que los necesitaba. Jesusa miró a Tomás, y éste habló: Yo quiero quedarme contigo. Realmente no sé lo que esto significará, pero lo deseo. No hay ningún otro lugar para mí. Pero tú nos quieres a los dos, ¿verdad? ¿Querer? susurré, y agité la cabeza . Os necesito muchísimo..., a los dos. Creo que eso les sorprendió. Jesusa se inclinó hacia mí. Tú has conocido seres humanos toda la vida me dijo , pero nosotros no habíamos conocido antes a nadie como tú. Y..., tú quieres que tenga hijos con mi hermano. ¡Ah! Tócalo le dije. ¿Cómo? Esperé. No se habían tocado el uno al otro desde su primera noche conmigo. No se habían dado cuenta de ello, pero estaban evitando el contacto. Tomás tendió al fin la mano hacia el brazo de Jesusa. Ésta sufrió un respingo, pero se quedo quieta. Tomás no llegó a tocarla: frunció el ceño y retiró la mano. Se volvió para mirarme. ¿Qué sucede? Nada malo. Puedes tocarla. No disfrutarás con ello, pero puedes hacerlo. Si estuviera ahogándose, podrías sacarla del agua. De repente, Jesusa hizo un gesto y lo agarró por la muñeca. La mantuvo asida por un momento, ambos rígidos con una repulsión que podían desear no reconocer. Tomás se obligó a sí mismo a cubrir la mano de ella, que ahora le resultaba repelente, con la suya. Tan bruscamente como las habían juntado, las separaron. Jesusa logró impedirse limpiar su mano contra la tela de su ropa, pero a duras penas. Tomás no lo logró. ¡Oh, Dios! dijo ella . ¿Qué es lo que nos has hecho?
[ Pobierz całość w formacie PDF ] zanotowane.pldoc.pisz.plpdf.pisz.plnatalcia94.xlx.pl
 |
|
IndeksButler Mary E. Brylant czystej wodyWoalki audiobook Siesicka Krystyna Krystyna SiesickaDom Luka The Other SDziedziczka Kingery LaurieRobert Haasler Tajne sprawy papieśźyBarry Sadler Casca 03 The War Lord018. Ansel Judith Zaufaj sobieBorchardt Karol Szaman morskiGordon Korman Bruno & Boots 07 Something Fishy at Macdonald HallWstęp do chemii koordynacyjnej
zanotowane.pldoc.pisz.plpdf.pisz.plorientmania.htw.pl
Cytat
Długi język ma krótkie nogi. Krzysztof Mętrak Historia kroczy dziwnymi grogami. Grecy uczyli się od Trojan, uciekinierzy z Troi założyli Rzym, a Rzymianie podbili Grecję, po to jednak, by przejąć jej kulturę. Erik Durschmied A cruce salus - z krzyża (pochodzi) zbawienie. A ten zwycięzcą, kto drugim da / Najwięcej światła od siebie! Adam Asnyk, Dzisiejszym idealistom Ja błędy popełniam nieustannie, ale uważam, że to jest nieuniknione i nie ma co się wobec tego napinać i kontrolować, bo przestanę być normalnym człowiekiem i ze spontanicznej osoby zmienię się w poprawną nauczycielkę. Jeżeli mam uczyć dalej, to pod warunkiem, że będę sobą, ze swoimi wszystkimi głupotami i mądrościami, wadami i zaletami. s. 87 Zofia Kucówna - Zdarzenia potoczne |
|